Es realmente preocupante la situación acaecida en Tucupita respecto a las emisoras de radio, por cuanto cada vez más se evidencia que la objetividad, pluralidad democrática, la no discriminación política, etc, poco a poco, si ya no es un hecho, se va perdiendo en estas plantas radioemisoras como consecuencia de las presiones directas e indirectas de los gobiernos nacional y, obstensiblemente, el regional.
Cada vez más los deltanos presenciamos estupefactos el sometimiento del espectro radioeléctrico a los designios de quienes detentan el poder político y económico en Tucupita; y la preocupación deriva en que los sectores opositores ven mermado aún más la posibilidad de emitir sus mensajes al pueblo. El colectivo deltano está cada día entrampado en la estrategia oficialista de apoderamieto de todos los medios que bien pudiera servir de eje transmisor del mensaje opositor y lo peor de todo esto es la pasividad de aquellos sectores opositores ante esta situación.
El Delta Amacuro tiene un solo epicentro económico ubicado en el gasto público proveniente de Situado Constitucional, porque prácticamente el sector privado, compuesto fundamentalmente por pequeños y medianos comerciantes, no representan mayor participación en la generación de riqueza, por lo tanto, no tienen capacidad empleadora de envergadura que sí tiene el sector público deltano en sus dos componentes más importantes: la Gobernación y las Alcaldías. Es por ello que el Delta representa una situación atípica frente a los demás Estados del país, a excepción del Estado Amazonas, que bien pudiera presentar las mismas características.
Por ello, la Gobernación y la Alcaldía de Tucupita tienen una mayor capacidad de presión sobre todos los demas sectores del Delta, por el poderío económico que detentan, y ese instrumento económico, en los tiempos que nos toca, es usado de manera inescrupulosa por los chavecistas para continuar su estrategia de manipulación al pueblo, aunque soy un convencido que la población está muy alerta de lo que ocurre y sólo tiene una relación utilitaria con el gobierno regional. Una prueba de esto es la alta tasa de rechazo que tiene el Alcalde de Tucupita y la Gobernadora Lizetta Hernández en el Delta, quienes triunfaron en las pasadas elecciones no por su popularidad y arraigo popular, sino por la esperanza de nuestro pueblo en que el Gobierno de Hugo Chávez finalmente pudiera solucionar sus problemas de vivienda, agua, electricidad, vialidad, producción agrícola, etc., problemas endémicos en el Delta Amacuro.
Pues bien, esta situación de supremacía económica derivada del Situado Constitucional es a lo que le temen la mayoría de los dueños de medios en el Delta, es por eso que ante la solicitud de salir al aire por cualquier medio, primero la intervención es revisada muy bien por la emisora, o cuando se está al aire con críticas al gobierno, el entrevistado es interrumpido y sacado del aire sin explicación alguna.
Bien es sabido que la contratación de las pautas publicitarias se hace en función de amigos y enemigos del gobierno y en el Delta no hay excepción en cuanto a esto. De modo que a la oposición nos toca pelear por el derecho de estar al aire y emitir mensajes a la población llenos de esperanza por un futuro mejor
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