domingo, 27 de septiembre de 2009

GOBERNADORA LIZETTA HERNANDEZ PRIVILEGIA SUS INTERESES EN DETRIMENTO DE LOS TRABAJADORES

Fíjense el estado en que se encuentran los talleres de la antigua Obras Públicas
Así laboran los trabajadores de la antigua Obras Públicas

Luego se dan golpe de pecho de autocalificarse de revolucionarios cuando las condiciones de los trabajadores de la Gobernación están en la intemperie


La foto habla por sí sola, saquen sus conclusiones amigos lectores

Después de 10 años así dejaron los establecimientos de la antigua Obras Públicas

Ustedes, amigos lectores, son testigos que esta página solo busca revelar los problemas deltanos para que las autoridades los solucionen
Así se encuentran los talleres de la antigua Obras Públicas

Saquen sus concluisiones amigos lectores

Nos llaman reflojos porque nos damos a la tarea de demostrar que el gobierno regional y municipal son unos ineptos
Con las lluvias caídas dónde se refugian los trabajadores dependientes de la Gobernación que trabajan en estas instalaciones

Nuevamente ante la opinión pública a fin de dejar sentada nuestra posición sobre los acontecimientos sociales, económicos y políticos del estado Delta Amacuro.

Los trabajadores de la Gobernación han visto transcurrir estos meses sin que la señora Lizetta Hernández se conduela de ellos y proceda a cancelar las acreencias (deudas) legítimamente acordadas por decisiones nacionales, regionales, y de las derivadas de su condición de ciudadanos al servicio de la Gobernación.

La irresponsabilidad de la señora gobernadora es inconmesurable, por cuanto no se entiende cómo esta señora, que se dice revolucionaria al servicio del pueblo, aun no ha pagado a los humildes trabajadores, ni el 10% del aumento del 1 de mayo, decretado por el señor presidente, que debió regir a partir de esa fecha, muchos menos ha pagado el otro 10% (para un total de 20%) que debió entrar en vigencia desde el 1 de septiembre de este año.

Es decir, la señora gobernadora no ha honrado el aumento de 20% del salario mínimo que es de obligatorio cumplimiento tanto para el sector privado de la economía, como para el sector público. ¿Qué ha pasado? Por qué la señora gobernadora, en vez de andar denostando de los voceros de la oposición, no se dedica a pagar lo que le adeuda a los trabajadores nobles y dignos de la Gobernación. Que hizo con el dinero presupuestado destinado al pago del 20% de aumento del salario mínimo. O la señora gobernadora considera que esos trabajadores no merecen ese ingreso que le serviría para paliar el alto costo de la vida que padecemos los venezolanos ante una política económica que nos lleva directo a la ruina.

No queremos pensar que la señora gobernadora privilegia el pago a otras instituciones de salud privada, donde ella es la directa beneficiaria, en detrimento de los trabajadores de la gobernación. O es que la señora gobernadora se cree estar por encima de la leyes de la república, por lo tanto, se da el tupe de violar flagrantemente el Estado de Derecho que de manera atropellada rige en nuestro país.

Los trabajadores del estado Delta Amacuro no cuentan con un contrato colectivo porque desde hace 14 años se encuentra vencido y las condiciones laborales de los trabajadores han caído en picada, mientras la señora gobernadora y la ex gobernadora, hoy investigada por el Ministerio Público, sólo se dedican al proselitismo político obsceno y descarado, con miras a tratar de engañar nuevamente al noble y digno pueblo deltano frente a los procesos electorales que se avecina y que serán decisivos para la continuidad de este gran fiasco nacional y regional.

Los trabajadores de la Gobernación no cuentan con un marco de protección de sus derechos sociales y económicos que le garanticen tanto a esos trabajadores como a su familia las condiciones mínimas de calidad de vida y acceso a los más elementales servicios de medicina, alimentación, protección de sus derechos derivados de la Ley Orgánica de Protección y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT), sino acérquense a las instalaciones de la antigua Obras Públicas y constaten como laboran los trabajadores dependientes de la Gobernación ante la mirada indiferente de la señora gobernadora, sin mencionar las falencias de la inepta ex gobernadora, quien resultó ser un fiasco para nuestro noble y digno pueblo deltano.

Los trabajadores de la Gobernación denuncian que para cubrir las necesidades de medicina de sus familiares deben andar detrás de la señora gobernadora, rogándole, para que les firme los récipes para comprar medicinas, por cuanto carecen de un contrato colectivo que les garantice el acceso de las medicinas y otros beneficios laborales. Da vergüenza el pago de 60 Bs. F. a los obreros educacionales por concepto de útiles escolares. Señora gobernadora, a usted no le da escozor pagarle esa miseria a los trabajadores cuando sabemos costo de útiles y uniformes de un sólo niño está por encima de los 1000 Bs. F, sin embargo, los pagos a instituciones de salud privada son expeditos, rápidos y diligentes, mientras el digno y noble pueblo deltano mendiga su hipócrita generosidad.

El problema de la inseguridad en el Delta cada día se hace más insoportable. Son numerosos los deltanos que son objeto de robo, asalto, víctima de los vendedores de drogas que pululan abiertamente en las comunidades de nuestro delta sin que se observe una política dirigida a acabar con este flagelo que merma la calidad de vida de muchas familias deltanas; hoy día nuestro delta se ha convertido en una autopista de tráfico de drogas con destino a Europa, Norteamerica y Suramérica ante la mirada indiferente de la señora gobernadora; nuestro pueblo no cuenta con una policía eficiente y moderna que coadyuve a la protección de los bienes y las personas en el Delta.

Continúa el grave problema del suministro de agua potable y sólo vemos los pañitos de agua tibia que la señora gobernadora exhibe en su propaganda obscena y mentirosa. Mientras tanto, las comunidades deltanas padecen las consecuencias de la falta de un sistema de agua potable constante y fluido, por lo que las enfermedades diarreicas en nuestros niños, hombres y mujeres hacen su estrago en el Delta. Fuimos testigo del internamiento de un ciudadano extranjero que enfermó con una bacteria transmitida por el agua que consumió en Tucupita, hubimos de trasladarlo a Puerto Ordaz donde se recupera favorablemente, fíjense amigos delátanos, lo que todos los días nuestro noble y digno pueblo deltano debe padecer.

Los problemas derivado de la falta de viviendas hacen estragos en los deltanos, al punto que encontramos a nuestro pueblo viviendo hacinado en ranchos, sin servicios, en terrenos no aptos, o por lo menos, sin los trabajos de reacomodo, sin embargo, la falta de visión de la señora gobernadora es lamentable, cuando afirmó que el sector privado no podría construir en el Delta debido a que nuestro pueblo es pobre y sin recursos para obtener una vivienda construida por un sector privado. No señora gobernadora, usted está equivocada, ustedes son un fracaso en darle una solución duradera al problema de la falta de vivienda en el Delta. El sector privado sería el único motor que paliaría decididamente el problema de la vivienda en el Delta, pero su materia gris se está agotando para la desgracia de nuestro noble y digno pueblo deltano.
Co-Redactor WILLIAM DIAZ

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