domingo, 1 de noviembre de 2009

ALCALDE DE TUCUPITA SE ENORGULLECE DE LA NECESIDAD DEL PUEBLO DELTANO DE MADRUGAR EN COLAS PARA INTENTAR COMPRAR LOS PRODUCTOS BASICOS

la feria agroalimetaria fue una burla para el pueblo deltano, debido a que muchos de los productos no se encontraban y los que había los vendían racionadamante. Foto: William Díaz


El pueblo deltano madruga y hace estas colas por necesidad, mentras el gobierno cree que lo manipula. Foto: William Díaz

Mientras el alcalde de Tucupita se refugiaba en un toldo, el pueblo soportaba las colas, el calor y el sol. Foto: William Díaz

Estos ciudadanos tuvieron suerte porque los prodcutos escasearon, solo vendían dos kilos de azúcar, dos pollos, pero por estos productos obligaban a los ciudadanos a comprar otros. Foto: William Díaz.

Por qué no surten a los mercales, se pregunta el pueblo, sino que los obligan a soportar grandes colas. Foto: William Díaz

Lo del gas fue un fiasco, el pueblo se indignó porque la cantidad fue insuficiente. Muchos tuvieron que cargar con sus bombonas vacías. Foto: William Díaz

Es esto posible, que Venezuela productor petrólero tenga el pueblo que andar detrás de un camión o tener que colocarse al hombro sus bombonas para ver si puede adquirirlas en las ferias del alcade de Tucupita?. Foto: William Díaz

Quedó la decpeción del pueblo porque la demanda de gas fue superior a la oferta manipulada del alcalde de Tucupita. Foto: William Díaz.
Señor alcalde de Tucupita, no le da verguenza decir que se avanza mientras el pueblo siente el retroceso en su calidad de vida. Foto: William Díaz

La frustración del pueblo para obtener gas fue determinante para concluir que otros tiempos fueron mejores. Foto: William Díaz

Fíjense amigos lectores las colas que enorgullece al señor alcalde de Tucupita. Foto: William Díaz


Podrá alguien con un mínimo de sentido común, enorgullecerse de las colas de un pueblo, es como jactarse de las necesidades de ese pueblo. Foto William Díaz

Saquen sus propias conclusiones amigos lectores. Foto: William Díaz.
Cada vez que observamos la actuación pública del señor alcalde de Tucupita nos convencemos que es un aventajado alumno de la otrora humilde maestra Yelitza Santaella, hoy potentada ex gobernadora, porque el aprendizaje de manipulador, cínico, engañador de la opinión pública (cree lograrlo), el ejercicio inescrupuloso del poder, la utilización de la mentira y el engaño como arma de la más baja calaña, muy propia de chavismo, por lo que no es falso concluir que este servidor público actúa como, junto con la señora gobernadora, cada quien por su lado como se muestra evidente, UN ESBIRRO DE LA NEODICTADURA QUE sufre nuestro país desde hace casi once años.

Esto lo afirmamos derivado de lo dicho en la radio que controla misteriosamente por el señor alcalde en la mañana del sábado 30 de octubre cuando se presentó al malecón del Paseo Manamo en ocasión de efectuarse la supuesta “feria agroalimentaria”, bajo el auspicio de la Alcaldía de Tucupita. El señor alcalde, con la arrogancia y el cinismo, además del caradurismo que lo caracteriza, dijo muy infelizmente “QUE SE ENORGULLECIA QUE EL PUEBLO ESTUVIERA HACIENDO COLAS DESDE LAS 3 DE LA MADRUAGADA PARA EFECTUAR SUS COMPRAS”, afirmación que nos lleva forzosamente a la conclusión de su falta de preparación para ejercer las funciones que el pueblo le demanda; adicionalmente y grave en un funcionario que desde la cuarta república viene gozando de privilegios en la administración pública deltana, su escaso por no decir casi nulo SENTIDO DEL TACTO Y DE LA SINDERESIS POLITICOS.

El noble y digno pueblo deltano, al cual la señora gobernadora le endilga el calificativo de FLOJO, tal como se lo afirmó al presidente Chávez, cuentan sus propios allegados, MADRUGA, SEÑOR ALCALDE, PORQUE NO TIENE ALTERNATIVAS PARA ACCEDER A LOS BIENES QUE EL GOBIERNO VENDE EN RACIONES, RECORDANDO LAS BOLETAS DE RACIONAMIEMTO CUBANAS. Y ese pueblo se levanta de madrugada para hacer colas por mera necesidad, porque su situación económica no ha mejorado en los 11 años que tienen manoseando el poder y en el que señor alcalde participa en calidad de cómplice.

¿CREE USTED AMIGOS LECTORES, QUE EL PUEBLO PARA TENER GAS DEBE MADRUGAR Y HACER LAS COLAS EN LOS OPERATIVOS QUE MANIPULADORAMENTE HACE EL GOBIERNO MUNICIPAL Y REGIONAL?. LA DEPAUPERACIÓN DEL PUEBLO HA LLEGADO A UN NIVEL INSOPORTABLE AUNADO A QUE LA ESCASEZ DE GAS EN EL DELTA SE HA AGRAVADO, Y ESTO SE HA SUMADO A LOS INNUMERABLES Y GRAVES PROBLEMAS DELTANOS, AL PUNTO QUE PARA CONSEGUIR UNA BOMBONA DE GAS DEBEMOS IR A COMPRARLAS EN LAS “FERIAS AGROALIMENTARIAS” DE LA ALCALDIA, O TENER QUE ANDAR DETRÁS DEL CAMION POR TODO EL DELTA, HEMOS VIVIDO ESA EXPERIENCIA PORQUE LAS BOMBONAS PARA ATENDER LA DEMANDA SON INSUFICIENTES.

El señor alcalde debería acercarse al público para que constate la rabia contenida del pueblo, debido a la obscena y cínica manipulación del gobierno municipal, rabia que nos manifiesta porque el hecho de madrugar no le garantiza comprar los productos sino en la cantidad que la Alcaldía señala, además de obligarlos a adquirir aquellos que el pueblo no tiene pautado comprar, pero de no hacerlo les advierten que no venderán.

No, el señor alcalde suele llegar a las 8 a.m. recién levantado, inmediatamente la controlada emisora de radio le sirve de instrumento propagandístico, generalmente se arrellana cómodamente debajo de un toldo que lo protege del sol, mientras el pueblo sufre las inclemencias del clima para adquirir los pocos productos que le permita medio sobrevivir.

Los gobernantes y sus eunucos regionales, tal como lo señala el pueblo, se reparten las mercancías de marcal con antelación para evitar las colas y el madrugonazo, o las adquieren en las grandes cadenas de supermercados fuera de la geografía deltana como ejemplo de lo que hacen los NUEVOS BOLIBURGUESES, chavecistas enriquecidos, que ahora son dueños de fincas, etc, se otorgan los créditos entre familiares; se pagan y se dan el vuelto utilizando las funciones públicas para apuntalar sus negocios particulares. Ya les llegará el momento de rendirles cuentas al noble y digno pueblo deltano.
Co-redactor: William Díaz

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