viernes, 18 de diciembre de 2009

HORDAS VIOLENTAS DEL ALCALDE DE TUCUPITA AGREDE A CIUDADANA DELTANA

Después de lo ocurrido en ocasión de la viciada elección del Consejo Comunal del sector 1 de la urb. Delfín Mendoza, donde las hordas enviadas por el acalde de Tucupita amañaron el resultado electoral para controlar ese órgano de participación ciudadana, decidimos hacerle seguimiento a las distintas actividades donde se realizan elecciones de los Consejos Comunales. De esa observación podemos concluir de manera precisa que estamos ante una estrategia nefanda del oficialismo, cuya cabecilla principal es el alcalde de Tucupita, para manipular políticamente a los Consejos Comunales con el fin de penetrarlos y contrarrestar la acción independiente de los ciudadanos y garantizar que sus competencias sean puestas en práctica desde la óptica oficialista.
El objetivo es evitar que caigan en manos de la oposición como evidencia de la pérdida de influencia en el pueblo y disminuir la posibilidad para que desde su seno se ejecuten acciones decididas en beneficio de la comunidad.
Esto lo afirmamos por lo ocurrido el día de hoy a la señora Elizabeth Arrieta, del sector 2 de la Perimetral, víctima de una agresión física por parte del equipo político del alcalde de Tucupita en esa populosa barriada. La señora Arrieta fue golpeada salvajamente por personas integrantes de un supuesto Consejo Comunal integrado por esposos, hermanas y cuñados, como un pase de factura por su constante denuncia de la cantidad de irregularidades allí ocurridas, avaladas por el alcalde de Tucupita; y decimos esto porque no entendemos como este servidor público no le ha puesto coto a la violencia que se suscita contra las personas que se atreven a denunciar los abusos, los vejámenes y los insultos que salen de ese supuesto Consejo Comunal integrado sólo por una misma familia.
La señora Elizabeth Arrieta se dirigió a las autoridades para pedir una averiguación por las agresiones físicas de las que fue objeto, lo que a todo evento los redactores de esta página constatamos por cuanto vimos los golpes, rasguños, escoriaciones, etc que le produjeron de manera salvaje.
Estas agresiones avaladas por el alcalde de Tucupita sólo busca amedrentar a la señora Arrieta para que desista en sus denuncias de los abusos de las hordas tarifadas, intimidarla a través de los golpes para que no continúe en su actividad de desarmarlos a través de la denuncia. Esto es parte de clima de violencia, odio y división promovido desde las esferas del poder nacional, regional y municipal en una estrategia general para desmovilizar al pueblo en las protestas que ocurren en todo el territorio nacional frente a los peores problemas agravados por la desidia, la incompetencia y la ineficacia del oficialismo, especialmente la del alcalde, quien cree que barrer la ciudad es suficiente para catalogar una gestión eficiente, aunado a que los directivos de la Alcaldía cobraron sus aguinaldos puntualmente mientras los trabajadores humildes de la Alcaldía aun no saben si cobraran sus modestos aguinaldos a pesar de ser los que reciben las inclemencias del clima para cumplir con sus tareas de limpieza de la ciudad, ante la conducta insensible de este servidor público.
Las irregularidades que ocurren en la Alcaldía de Tucupita por la falta de presupuesto desmonta la supuesta eficiencia de la gerencia del alcalde de Tucupita, porque sabemos que gran parte del presupuesto fue dirigido al proselitismo político, la propaganda y para contratar a militantes políticos del PSUV, afectos a la ex gobernadora Yelitza Santaella, Iraida Carrasquel, Loa Tamaronis, etc, etc, etc, y también para actividades oscuras que en su momento el pueblo se informará.
Desde esta humilde página llamamos la atención del señor alcalde para que controle a sus hordas violentas de la Perimetral, los someta al orden y la civilización, eviten agredir a personas inocentes, y BUSQUE LA MANERA DE CANCELAR LOS HABERES DE LOS TRABAJADORES HUMILDES DE LA ALCALDIA, lo que evidencia que el socialismo de siglo xxi es sólo un slogan publicitario para confundir y manipular el sentimiento de cambio de los deltanos.

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