El reagrupamiento de los factores de la oposición en el Delta es un ejercicio válido y legítimo, y lo saludamos desde este portal de internet. Foto: WILLIAM DIAZ
La primera actividad de la Mesa de la Unidad regional ante la opinión pública, la ofrenda floral en la plaza Bolívar con motivo del 23 de enero de 1958. Foto: WILLIAM DIAZ
Superará la Mesa de la Unidad regional los fastasmas que siempre obstaculizan los propósitos unitarios, nos preguntamos. Foto: WILLIAM DIAZ
La primera actividad de la Mesa de la Unidad regional ante la opinión pública, la ofrenda floral en la plaza Bolívar con motivo del 23 de enero de 1958. Foto: WILLIAM DIAZ
Superará la Mesa de la Unidad regional los fastasmas que siempre obstaculizan los propósitos unitarios, nos preguntamos. Foto: WILLIAM DIAZ
Parte de los asistentes que acompañaron a la Mesa de la Unidad deltana a la ofrenda floral con motivo del 23 de enero de 1958, derrocamiento de la penúltima dictadura que sufrió Venezuela. Foto. WILLIAM DIAZ
La reagrupada Mesa de la Unidad del Delta Amacuro en las figuras de los representantes de los partidos políticos, tanto regionales como nacionales, conmemoraron el 23 de enero de 1958 con una ofrenda floral en la plaza Bolívar de la ciudad de Tucupita, por lo que podemos afirmar que es la primera actividad pública en conjunto emprendida luego de los acontecimientos ocurridos en ocasión de la selección de los candidatos de la Mesa de la Unidad para las elecciones legislativas del 26 de septiembre, los cuales produjeron la fractura de la oposición y posterior derrota de los candidatos opositores.
Observar nuevamente el loable intento de reagrupamiento de la Mesa de la Unidad regional, nos lleva a afirmar que es un ejercicio que valdría la pena intentar, así luego ocurra lo que para algunos es normal en el Delta en el seno de la oposición, es decir, que cada quien monte tienda aparte, pero es menester señalar que todos los llamados factores políticos opositores deltanos estamos obligados a concertar unos objetivos opositores de debilitamiento al gobierno regional y municipal, usando para ello la estrategia democrática y electoral, acompañando a la gente en sus reclamos, desarrollando una gestión que se convierta en caja de resonancia de los problemas del Delta y en espacio propicio para la búsqueda de soluciones, pero nunca cayendo en la táctica del gobierno para evitar las críticas y las denuncias responsables.
Lo dijimos en público a traves de un comunicado y lo volvemos a reiterar en este portal de internet sobre las tareas apremiantes de la Mesa de la Unidad regional, ello es que necesitamos transformar el descontento y el desencanto de los deltanos en certidumbre y esperanza. Eso solo es posible a partir de un programa cuyo objetivo principal debe ser superar los problemas del pueblo en paz y en democracia. Este programa debe ser eje aglutinador de las fuerzas para consolidar una amplia mayoría que se transforme en garantía de éxito y base de un gran acuerdo deltano. A su vez, dicho programa requiere dos medidas que lo acompañen coherentemente: a) un discurso de vocación democrática, de compromiso social, de contenido productivo y eficiente que propenda a amparar las aspiraciones de cambio de nuestro pueblo, que exprese el compromiso sincero de que no habrá retroceso en materia de conquistas o derechos sociales y políticos, que no tenemos la intención de restaurar el pasado, del reparto del poder o del saqueo de la riqueza nacional. En definitiva, un discurso que garantice confianza y certidumbre con miras al futuro. b) Una actitud sinceramente unitaria que abrace a todas las fuerzas vivas del Delta interesadas en favorecer esta ruta de cambios; que coloque los intereses regionales y populares por encima de nuestras mezquindades y pequeñeces; que supere las prácticas sectarias, prepotentes, excluyentes y hegemónicas que imponen relaciones desiguales, utilitarias, y enturbian un proceso que debe ser diáfano, transparente y democrático. A este esfuerzo y a este compromiso convocamos, en la convicción de que así estaremos echando las bases para una gran victoria en el futuro inmediato en el Delta.
No atender a este y otros razonamientos de conducta unitaria es perder nuestro tiempo en una instancia que al final no se mantendrá unida, como ha ocurrido en los últimos procesos, no obstante nosotros continuaremos alentando la UNIDAD DE LA OPOSICION EN TODOS LOS ESCENARIOS, pero mantendremos nuestro margen de independencia como organización política cuyos objetivos son los intereses del pueblo deltano y no de parcialidades políticas e individualidades, vicios que nos llevaría al caos, y por supuesto la derrota en los venideros procesos.
Desde VIDA, saludamos la idea de reagrupamiento de la MUD regional, y esperamos que salgamos fortalecidos todos para darle al Delta una alternativa real de cambios sin posturas demagógicas.
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