Fíjense ustedes el estado nausebundo y desahuciado en que se encuentra el cañito Tucupita, justo al lado del mercado municipal. Los olores son putrefactos. Foto: WILLIAM DIAZ
Los que transitan a pie por las adyacencias del cañito padecen las consecuencias de la cloaca en que convirtieron al otrora lugar de esparcimiento. Las autoridades deltanas no hacen nada porque ellos transitan en vehículos de lujo. Foto: WILLIAM DIAZ
No se necesitan más explicaciones, vaya y párese en algunos de los puentes que van al centro de la ciudad y constatarán el perligro para la salud pública de los deltanos. Foto: WILLIAM DIAZ
Esta gráfica fue tomada desde el comienzo del puente de la calle San Cristóbal, donde desemboca la cloaca construida desde el Delfín Mendoza, nadie dice y hace nada. Por qué los inútiles del CLEDA no se declaran en sesión permanente y aprueban una ley de saneamiento del caño?. Foto: WILLIAM DIAZ
Los que transitan a pie por las adyacencias del cañito padecen las consecuencias de la cloaca en que convirtieron al otrora lugar de esparcimiento. Las autoridades deltanas no hacen nada porque ellos transitan en vehículos de lujo. Foto: WILLIAM DIAZ
No se necesitan más explicaciones, vaya y párese en algunos de los puentes que van al centro de la ciudad y constatarán el perligro para la salud pública de los deltanos. Foto: WILLIAM DIAZ
Esta gráfica fue tomada desde el comienzo del puente de la calle San Cristóbal, donde desemboca la cloaca construida desde el Delfín Mendoza, nadie dice y hace nada. Por qué los inútiles del CLEDA no se declaran en sesión permanente y aprueban una ley de saneamiento del caño?. Foto: WILLIAM DIAZ
Así dejo el señor Alcalde el cañito Tucupita. Desmalezó una parte, pero la otra quedo exactamente igual, ahora colocan valla publicitaria anunciando embaulamiento, cuando procedería el saneamiento del cañito. Foto: WILLIAM DIAZ
Puntualicemos: en primer lugar el cañito Tucupita quedó igual porque el alcalde de Tucupita se limitó a desmalezar sólo una parte y la otra quedó tal como lo vemos desde hace más de 10 años. En un principio informó que, en una segunda etapa, continuaría con la limpieza, HECHO NUNCA OCURRIDO. En segundo lugar, el señor alcalde de Tucupita nunca más mencionó una palabra referida al cañito y la supuesta obra quedó abandonada, aún más si observamos la situación financiera que atraviesa esa Alcaldía podemos decir que durante el año y medio de su gestión no será nunca más abordado el problema, a menos que la celebración por todo lo alto de su cumpleaños en BADOO haya tomado conciencia de la importancia de la solución de esta problemática para el país.
El artículo 178 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala las competencias del señor alcalde y entre ellas está la de “ …ALCANTARILLADO, CANALIZACION Y DISPOSICIÓN DE AGUAS SERVIDAS…”, pero con qué se sienta el sapo, si la Alcaldía de Tucupita es un ente maula, no tiene cómo pagar los salarios de los humildes rotativos, menos disponibilidad habrá para sanear el cañito, aunado a las inutilidades de los legisladores del Consejo Legislativo Estadal, cuyas neuronas sólo atinan a levantar la mano para aprobar la memoria y cuenta de la nefasta Lizetta Hernández, esto lo decimos porque no tenemos conocimiento de alguna ley de saneamiento del caño Manamo y sus afluentes.
Por ahora, el noble y digno pueblo deltano ama, sufre y espera, a decir de Rómulo Gallegos, ahora sometido a adquirir alimentos vencidos por conducto de una camarilla corrupta e ineficiente que desde la época de Yelitza Santaella se adueñó del Delta, sin mencionar, por supuesto a Emery Mata Millán, una tripleta que sólo ha traído a los deltanos calamidades. Amanecerá y veremos.
Hace un año escribimos en este portal acerca del cañito Tucupita, el que bordea el mercado municipal, y en esa ocasión felicitamos al señor alcalde de Tucupita por su iniciativa de limpiarlo, esencialmente el desmalezamiento, porque hablar de limpieza o saneamiento ambiental tendríamos que tocar el punto de las aguas servidas vertidas en el cañito produciendo la contaminación obvia y los olores fétidos que emanan para incomodidad de quienes hacemos uso del mercado municipal y transitamos los diversos puentes que lo cruzan.
Hace más de un año vimos la propaganda por tv y radio y las publicaciones en el diario local del supuesto saneamiento del cañito Tucupita, y fue presentada la supuesta limpieza como un logro de la Alcaldía de Tucupita, propaganda engañosa y pagada con dinero de la Alcaldía.
Puntualicemos: en primer lugar el cañito Tucupita quedó igual porque el alcalde de Tucupita se limitó a desmalezar sólo una parte y la otra quedó tal como lo vemos desde hace más de 10 años. En un principio informó que, en una segunda etapa, continuaría con la limpieza, HECHO NUNCA OCURRIDO. En segundo lugar, el señor alcalde de Tucupita nunca más mencionó una palabra referida al cañito y la supuesta obra quedó abandonada, aún más si observamos la situación financiera que atraviesa esa Alcaldía podemos decir que durante el año y medio de su gestión no será nunca más abordado el problema, a menos que la celebración por todo lo alto de su cumpleaños en BADOO haya tomado conciencia de la importancia de la solución de esta problemática para el país.
El artículo 178 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala las competencias del señor alcalde y entre ellas está la de “ …ALCANTARILLADO, CANALIZACION Y DISPOSICIÓN DE AGUAS SERVIDAS…”, pero con qué se sienta el sapo, si la Alcaldía de Tucupita es un ente maula, no tiene cómo pagar los salarios de los humildes rotativos, menos disponibilidad habrá para sanear el cañito, aunado a las inutilidades de los legisladores del Consejo Legislativo Estadal, cuyas neuronas sólo atinan a levantar la mano para aprobar la memoria y cuenta de la nefasta Lizetta Hernández, esto lo decimos porque no tenemos conocimiento de alguna ley de saneamiento del caño Manamo y sus afluentes.
Por ahora, el noble y digno pueblo deltano ama, sufre y espera, a decir de Rómulo Gallegos, ahora sometido a adquirir alimentos vencidos por conducto de una camarilla corrupta e ineficiente que desde la época de Yelitza Santaella se adueñó del Delta, sin mencionar, por supuesto a Emery Mata Millán, una tripleta que sólo ha traído a los deltanos calamidades. Amanecerá y veremos.
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