Fíjense amigos lectores el dineral que gastó la Gobernación para colocar esta tarima donde se sentarían los altos funcionarios para estar protegidos de la "avalancha de personas" que según ellos los acompañarían en los actos conmemorativos del 19 de abril de 1810. Pués se quedaron frios porque ni los funcionarios públicos asistieron. Foto: William Díaz
La escuálida marcha del oficialismo, el pueblo los dejó solos, daba pena, ni siquiera el despilfarro de recursos del pueblo les sirve para movilizar a sus simpatizantes, mucho menos al pueblo deltano. Foto: William Díaz
El pueblo deltano y los simpatizantes del oficialismo en particular envían señales decisivas de un gran descontento popular. La inútil gobernadora y sus secuaces, así como el otro incompetente alcalde de Tucupita comienzan a recibir la medicina al grado de extrema corrupción e ineficiencia que exhiben en sus mediocres gestión. Foto: William DíazVer la soledad en que quedó el gobierno deltano en la conmemoración de los 200 años del 19 de abril de 1810 es para coger palco. El oficialismo deltano comienza a recibir lo que su ineficiencia y desidia desde hace mucho venía sembrando en la conciencia del pueblo y por todos lados somos testigos de la incomodidad que siente el pueblo ante los acuciantes y graves problemas que día a dia merma su calidad de vida.
Observarlos en la marcha convocada para luego concentrarse en los actos de la Plaza Bolívar es un indicio de lo que se avecina para los señores que a sus anchas administran los recursos de los deltanos, vislumbramos un terremoto electoral en su contra, el cual evitarían si la oposición no hace su trabajo con los testigos electorales y aprochandose de esas debilidades conculquen la voluntad del pueblo deltano, como ocurriría en el Bajo Delta visto las contradicciones que en este sentido está ocurriendo en el seno de la oposición.
Fíjense amigos lectores, mientras se desarrollaban los actos conmemorativos, nosotros realizábamos un volateo en los alrededores de la Plaza Bolívar con la intención de divulgar las acciones que emprendimos contra la ciudadana gobernadora Lizeta Hernández y la ex gobernadora, hoy potentada, Yelitza Santaella, ante la Contraloría General de la República y la Fiscalía General de República por los presuntos actos de corrupción en proceso de demostración. Los resultados de nuestro volanteo fue tan contundente que el poco público que se encontraba en los actos se acercaron a nosotros con la intención de retirar ambos volantes y el revuelo fue tal que hasta funcionarios de la Gobernación, la Alcaldía y demás instituciones oficiales nos demandaban los volantes, no digamos del público que pasaba por las adyacencias de la plaza, quienes muy cortésmente agradecían la información.
Observarlos en la marcha convocada para luego concentrarse en los actos de la Plaza Bolívar es un indicio de lo que se avecina para los señores que a sus anchas administran los recursos de los deltanos, vislumbramos un terremoto electoral en su contra, el cual evitarían si la oposición no hace su trabajo con los testigos electorales y aprochandose de esas debilidades conculquen la voluntad del pueblo deltano, como ocurriría en el Bajo Delta visto las contradicciones que en este sentido está ocurriendo en el seno de la oposición.
Fíjense amigos lectores, mientras se desarrollaban los actos conmemorativos, nosotros realizábamos un volateo en los alrededores de la Plaza Bolívar con la intención de divulgar las acciones que emprendimos contra la ciudadana gobernadora Lizeta Hernández y la ex gobernadora, hoy potentada, Yelitza Santaella, ante la Contraloría General de la República y la Fiscalía General de República por los presuntos actos de corrupción en proceso de demostración. Los resultados de nuestro volanteo fue tan contundente que el poco público que se encontraba en los actos se acercaron a nosotros con la intención de retirar ambos volantes y el revuelo fue tal que hasta funcionarios de la Gobernación, la Alcaldía y demás instituciones oficiales nos demandaban los volantes, no digamos del público que pasaba por las adyacencias de la plaza, quienes muy cortésmente agradecían la información.
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